La Acuarofilia y el bricolaje van siempre de la mano: montar un acuario requiere de cierta previsión, unas dosis de soltura e imaginación y ser un poco "manitas": que si un tubo que hay que alargar, una bomba para mover el agua, una botellita de refresco para generar CO2, etc.
La lista se puede hacer tan larga como uno/a quiera, evidentemente el mercado aporta soluciones para casi todo, pero bien por el orgullo de hacerlo, bien porque no se encuentra exactamente lo que se necesita o por las razones que sean al final nos toca recurrir al "hágaselo usted mismo".