Artículo de Henri de Bruyn (alias Enrique Moreno) publicado en Killi Revue número 3/09 del Killi Club de France y traducido libremente con permiso del autor por Davit Amunarriz.

Introducción

Hace ya varios años que llevo a cabo experimentos sobre la filtración en acuarios de pequeño tamaño para el mantenimiento y la cría de killis.
Si comenzamos los ensayos es necesario tener un objetivo: el mío era facilitar la vida del acuariófilo y eliminar al máximo las tareas que exigen mucho trabajo y que no están realmente ligadas a la cría de killis. El quehacer más interesante es ocuparse de la reproducción y de la cría partiendo de los huevos recolectados para obtener bellos killis adultos. Todos las tareas secundarias, tales como la instalación, el mantenimiento con los cambios de agua o la alimentación de los peces deben reducirse al mínimo.
Una de las cosas que más me molestaba hacer eran los cambios de agua sistemáticos. No debe olvidarse que el agua dulce se está convirtiendo a nivel mundial en uno de los bienes más escasos y que tenemos una responsabilidad en cuanto a no derrocharla.
Durante al menos 15 años he llevado a cabo diversas experiencias y he publicado artículos sobre lo que hacía buscando el sistema ideal.
Todas las mejoras que he hallado y todas las recomendaciones que he recibido de diversos criadores durante los pasados años me llevan ahora a revisar e integrarlo todo en un solo artículo.
Durante todos los años en que me he dedicado al mantenimiento de killis, jamás me han gustado los cambios de agua que he considerado una labor que consume una gran cantidad de tiempo de ocio. A mi edad el trabajo de cambiar el agua se convierte en una tarea cada vez más pesada y penosa.
La motivación principal es, por tanto, minimizar los cambios de agua.
Lo que ha facilitado mis investigaciones es el hecho de que durante diversas expediciones de recolecta de killis en diferentes países, he podido observar a los peces en sus medios naturales. La Naturaleza es la campeona en el mantenimiento de especies, si no existiéramos los humanos para destruir sus hábitat, pocas especies habrían desaparecido o estarían en vías de desaparición. Una de las cosas que he observado es que un cambio de agua como los que hacemos tradicionalmente en nuestros acuarios no es tan natural: la Naturaleza genera cambios de agua progresivos mediante la lluvia o las aguas de los manantiales, incluso con lluvias torrenciales, el cambio es progresivo. Si la calidad del agua de nuestros acuarios se deteriora, se impone un cambio de agua, en ese caso he constatado bastante a menudo que, tras el cambio de agua, algunos peces no vuelven a poner huevos y que otros, sin embargo, reinician su actividad reproductiva. Mis observaciones son que el estrés derivado de los cambios bruscos de agua es nefasto para la puesta pero que el aporte de oxígeno al reemplazar parte del agua polucionada, es favorable.
En la Naturaleza, el cambio y la limpieza del agua son constantes. La lluvia y las aguas de manantial llevan el agua de reemplazo, el movimiento en la superficie del agua la oxigena y las bacterias eliminan los desechos biológicos.
Si hablamos de calidad del agua, hay una buena cantidad de parámetros que deben ser controlados y verificados:
  • pH: acidez o alcalinidad.
  • Dureza / conductividad: presencia de sales minerales.
  • Salinidad
  • Temperatura
  • Oxigenación: gramos de oxígeno por litro de agua.
En la Naturaleza todos estos parámetros no cambian bruscamente y los peces tienen pocos problemas mientras se mantienen en los límites de seguridad para ellos. La polución puede hacer que estos factores varíen, pero la Naturaleza está ahí para reparar los daños y responder. De entre todos los factores es necesario saber que el oxígeno disponible es el más importante.
Ahora procederé a enumerar todos los sistemas de filtración que pueden emplearse en nuestros acuarios de killis para mantener los parámetros en niveles ideales.
 

Sistemas de filtración

Acuario plantado

Constituye una buena solución porque las plantas presentes en cantidad y el sustrato (normalmente arena o grava) mantendrán la calidad del agua formando un sistema biológicamente equilibrado.
Siempre hay suficiente oxígeno y los killis y los alevines pueden hallar cobijo fácilmente.
Hay inconvenientes:
  • Para una plantación rica el agua no puede ser demasiado dulce, sin embargo, los killis viven en aguas dulces y pobres en minerales.
  • Las plantas requieren una iluminación más o menos intensa entre 12 y 14 horas al día, lo que por otra parte cuesta dinero, y los killis no son muy amigos de la luz.
  • La captura de peces en acuarios plantados es más difícil.
  • La alimentación excesiva puede fácilmente hacer que las condiciones del agua varíen bruscamente y, por tanto, el equilibrio de los parámetros.

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Filtros interiores con esponja u otras masas filtrantes

Este tipo de filtros se halla en el interior del acuario y emplean como medio filtrante esponjas, perlón, o materiales similares. Se emplea aire para transportar el agua a través del medio filtrante, éste acumula los detritus y, si tenemos suerte, las colonias de bacterias se establecerán en él añadiendo un filtrado biológico al puramente mecánico.
Estos filtros se obstruyen con relativa facilidad debiendo ser limpiados, con la limpieza de los medios filtrantes se pierde en gran parte el filtrado biológico, las bacterias. La desventaja más importante es que las bacterias necesitan oxígeno para hacer su trabajo, que el oxígeno está disuelto en el agua y que su cantidad disminuye si las bacterias hacen su trabajo.
Por otra parte el filtro ocupa espacio dentro del acuario, de por si ya pequeño, y los peces pueden quedar atascados entre el filtro y el acuario.
Esta modalidad de filtración no elimina los cambios de agua.

Filtro bajo grava

Este filtro tiene las mismas desventajas que el anterior y es, además, mucho más difícil de limpiar.
También necesita aire para funcionar y tampoco evita los cambios de agua.

Filtración centralizada

Conocí este sistemas tras varias visitas a granjas de cría de peces en Florida.
El principio básico consiste en la interconexión de un gran número de acuarios a una alimentación calibrada y regulable en función de la cantidad y dimensiones de los acuarios para disponer de un cambio de agua sistemático y continuo.
 Cada acuario tiene un sistema para la evacuación del agua por desbordamiento. El agua que sale de los acuarios es canalizada al sistema de filtración central que la devuelve limpia y oxigenada.
El sistema está compuesto por canalizaciones que recogen el agua de los rebosaderos y la transportan a un tanque de sedimentación, el agua es después bombeada a través de filtros de arena fina (de lecho fluido) y va a parar a grandes filtros biológicos, la última etapa es el filtrado de seguridad ante enfermedades en la que el agua pasa a través de filtros ultravioleta o de ozono para evitar la propagación de enfermedades a los acuarios sanos.
El efecto tampón, la dureza y la conductividad del agua son mantenidos en valores ideales y el pH estable.
Gracias al movimiento permanente en el sistema, el agua está saturada de oxígeno.
El objetivo de estas granjas es almacenar la mayor cantidad de peces en el menor volumen de agua posible.
Para saber si este sistema de filtración podría ser empleado en nuestra afición, construí un prototipo con doce acuarios. Desde el punto de vista de la filtración es prácticamente el ideal, sin embargo, técnicamente es muy complejo. Es fácil cometer errores que acaban prácticamente siempre en inundació: muy a menudo algún rebosadero se obtura y el agua del acuario se desborda porque el aporte de agua limpia sigue funcionando.
Una cosa es cierta: la saturación de oxígeno es perfecta y la cantidad de peces que se puede mantener sin problemas en cada acuario es espectacular.
 

Filtro biológico individual

Ya que el empleo de un gran filtro biológico dio tan buenos resultados en el caso anterior de filtración centralizada, me planteé la siguiente pregunta: “¿por qué no emplear un filtro biológico para cada acuario?”.
El principio es sencillo, se trata de un filtro seco-húmedo: el agua es filtrada en un compartimiento que está situado justo encima del acuario.
La construcción es relativamente simple: sobre el acuario se coloca un recipiente lleno de masa filtrante, atravesándolo hay un tubo transparente de 12 mm de diámetro que tiene en su interior otro tubo de 4 mm para conectar el aire. Cuando las burbujas de aire ascienden, hacen subir el agua por el tubo hasta el recipiente que contiene el sustrato de filtración, el agua atraviesa el medio filtrante y vuelve a caer al acuario en forma de lluvia.
Con las dimensiones de tubos mencionadas se pueden filtrar 12 litros por hora y la cantidad de aire necesaria es  la misma que para el filtro de esponja estándar.
Durante años he construido filtros con diferentes materiales y he ido mejorando y simplificando su construcción. He escogido la piedra de lava como masa filtrante, es un material barato y fácil de conseguir. Resulta muy interesante porque es muy poroso aportando así más superficie útil para que las colonias de bacterias se instalen y lleven a cabo la tarea de filtro biológico. Por otra parte, la lava es un material neutro que no altera la calidad del agua.
También he conseguido optimizar el material: al principio empleaba piedras pequeñas y en la actualidad son de mayor tamaño: obtengo muy buenos resultados con piedras de lava de entre uno y dos centímetros de diámetro.
Observando la Naturaleza es fácil percibir que el agua no debe correr a través de la masa filtrante sino sobre ella. Las bacterias que se establecen en la superficie porosa de la roca, recogen las partículas en suspensión.
Otras ventajas de este tipo de filtros son que no se bloquean nunca y que no requieren ser limpiados.
Es conveniente insertar una esponja a modo de prefiltro en el extremo del tubo inserto en el acuario para evitar aspirar algún pez. En su otro extremo se pondrá un tapón de plástico, de botella de refresco o de agua, perforado en los lados para evitar salpicaduras.
De esta forma dispondremos de un filtro individual sobre cada acuario y que lo cubre en parte. El resto de la superficie exterior está cubierto con las tapas al uso para evitar “saltos mortales”. El filtro se apoya en las paredes del acuario quedando un tercio bajo el borde y dos tercios por encima. Entre las superficie del agua del acuario y la parte inferior del filtro dejo medio centímetro de espacio para poder monitorizar el funcionamiento del filtro (goteo constante y con buena cadencia).
Los filtros que construimos actualmente son muy simples y constituidos de materiales muy baratos y fáciles de conseguir.
En la descripción siguiente explico lo que el filtro puede aportarnos y al final del artículo podréis juzgar si merece la pena empezar a utilizarlos.

Filtración biológica

Para disponer de un filtro que funcione correctamente, es necesario que las bacterias puedan establecerse en los poros de la roca de lava.
Tras unas semanas de la instalación de un acuario nuevo las bacterias comienzan a llevar a cabo su tarea. Para acelerar el proceso podemos insertar bacterias bien del filtro de un acuario en funcionamiento, bien adquiriéndolas en cualquier comercio del ramo o bien cultivándolas nosotros mismos poniendo unas flores limpias de productos químicos en un recipiente con agua del acuario y esperando hasta que las flores se marchiten.
A partir de ese momento no hay más trabajo que hacer mientras en el acuario haya peces y se los alimente regularmente.
Las bacterias trabajan descomponiendo los desechos biológicos: excrementos de pez, comida no consumida, plantas muertas, etc.
Las bacterias transforman permanentemente los desechos en amonio, después en nitritos y, finalmente, en nitratos. Es lo que podemos denominar proceso de biodegradación.
  • La primera descomposición del amoniaco NH4, produce H2 que provoca la acidificación del agua; midiendo regularmente el pH constato su descenso lento y gradual. Si el pH desciende por debajo de 5, neutralizo el descenso añadiendo 2 ó 3 cc de una solución saturada de bicarbonato de sodio (saturada quiere decir que se añade bicarbonato hasta que deja de disolverse). En mi casa es necesario realizar esta operación cada tres meses aproximadamente.
  • La acumulación de nitratos es el siguiente parámetro que debe ser controlado. Los nitratos son el resultado final del ciclo y el filtro no los elimina sino que se acumulan en el acuario.
Las plantas se alimentan, entre cosas, de nitratos, sólo la adición de plantas nos ayudará a controlar su excesiva acumulación. Habitualmente los acuarios para killis están escasamente plantados y la inserción de plantas obedece más a la necesidad de dar refugio a nuestros inquilinos. Las plantas más utilizadas son el helecho y el musgo de Java, muy robustas pero de crecimiento lento, por tanto, consumidoras de pequeñas cantidades de nitratos.
Los nitratos no son perjudiciales para los peces mientras no superen una determinada concentración: los peces se comportan de manera extraña, se los ve intranquilos, la producción de huevos se reduce, etc. La única solución es un cambio parcial de agua. Comentar también que la excesiva concentración de nitratos reduce el crecimiento de los alevines.
He constatado que a partir de los tres meses es útil cambiar entre un 30 y un 50% del agua del acuario.
Sobre el fondo se irá depositando una especie de lodo como resultado del trabajo de las bacterias. Es un material casi inerte que no molesta y que ayuda a los peces a sentirse mejor dando al acuario un aspecto muy natural. Sin embargo, puede llegar a obstruir la esponja que actúa de prefiltro en de manera que el único trabajo de mantenimiento es eliminar dicho lodo.
Mi experiencia con estos filtros en los acuarios de reproducción es que el hábitat de los peces mejora ostensiblemente, las parejas reproductoras mantienen una producción de huevos importante y, al mismo tiempo, se puede ver nacer a los alevines. Los alevines nacidos en el acuario de puesta crecen más deprisa que los recolectados de las mopas. Es necesario ir extrayéndolos regularmente cuando crecen demasiado ya que pueden alimentarse de sus hermanos más pequeños y de los huevos. Según mi experiencia, los padres prácticamente no participan en estos festines.
Un gran ventaja de estos filtros es la gran y permanente circulación de agua (si está bien construido de unos 12 litro por hora). Una vez que el agua se desborda por el tubo vertical empujada por las burbujas, entra en contacto con el aire circulando hacia abajo a través de las rocas de lava y acumulando una gran cantidad de oxígeno. Una medida de comparación efectuada entre dos acuarios de 40 litros idénticos, uno con filtro interior y el otro con filtro exterior biológico, funcionando durante un cierto tiempo, demostraba que la tasa de oxígeno del segundo acuario era un 30% superior al del primero. Esta tasa era prácticamente igual a la de saturación en el caso del filtro biológico.
 

Alimento para los peces

En este ámbito se presenta también una ventaja: es posible alimentar de manera intensiva sin poner en peligro la calidad del agua. En efecto, la comida no consumida por los peces lo es por la colonia de bacterias haciéndolas más activas y aumentando su número. Como pruebas la cantidad de huevos puestos y la aparición de alevines.
La introducción de nuevas parejas al acuario o la adaptación de los peces a su acuario resulta fácil.
Todos sabemos que para aclimatar a los peces a su nueva casa hay que introducirlos gradualmente o mediante un sistema de gota a gota. El filtro biológico también simplifica esta tarea, basta introducir a los peces en una pequeña caja de plástico y deslizarla bajo el filtro que irá añadiendo gota a gota, el agua oxigenada y filtrada hasta que los peces se adapten.

Influencia del filtro en la temperatura

Como consecuencia de la importante circulación de agua, se producirá una evaporación que implica que debemos añadir regularmente agua y que el agua se enfriará más deprisa: constato una diferencia constante de unos dos grados entre el agua de los acuarios y la habitación en que se encuentran. Cuando se producen olas de calor este efecto es importante porque, máxime teniendo en cuenta que el oxígeno en agua está cercano a la saturación. Jamás he experimentado bajas en periodos de calor.

Peces de agua fría

Algunos de los killis que viven a cierta altitud en regiones tropicales o habitan regiones frías son mantenidos a bajas temperaturas por los criadores.
Comencé a mantener estos peces con mis filtros a temperaturas más altas para ver si podía obtener mejores resultados. Estoy convencido de que el éxito en la reproducción está más ligados a la tasa de oxígeno disuelto en el agua que a su temperatura.
En sus hábitat, fríos en algunos periodos, de noche o durante algunas estaciones, el agua está en todo caso más caliente en otras y, probablemente en la época de reproducción. Dos ejemplos:

  • Los diapterones que viven en Gabón en aguas entre 25 y 27ºC, en mis acuarios con filtros biológicos producen muchos más huevos a 24 ó 25ºC con un sex-ratio normal (parecida cantidad de hembras que de machos) que cuando los mantenía a 18 ó 19ºC, con una cantidad de machos muy superior a la de hembras.
  • La especie Leptolucania ommata de Florida, vive en aguas que sobrepasan los 30ºC en verano y pueden estar por debajo de los 15ºC en invierno. Apenas se ven huevos cuando se los mantiene en un acuario con filtro biológico a menos de 26ºC.
Estas constataciones son suficientes como prueba científica porque hay muchos otros factores que pueden influenciar el sex-ratio.
 

Mantenimiento

Los primeros filtros llevan funcionando en casa desde 1992. No pretendo que sean perfectos pero todas las ventajas comentadas compensan las desventajas.
Resumen:
  • Sin mantenimiento, no requieren ser limpiados.
  • El polvo en suspensión en el aire puede llegar a obstruir la alimentación de éste al filtro, sobre todo si hay grifos para regular el caudal. Si visualmente se ven burbujas en el tubo vertical y el agua cae del filtro, todo está en orden.
  • Limpiar periódicamente la esponja que actúa de prefiltro en la admisión del filtro.
  • Acumulación de lodos inofensivos y neutros en el fondo del acuario. Si no le gusta esta capa puede eliminarla pero le aseguro que a los peces les gusta el fondo natural.
  • Añadir agua para reemplazar la pérdida por evaporación.
  • Neutralizar la acidez empleando bicarbonato sódico como tampón.
  • Reemplazar entre el 30 y el 50% del agua del acuario si la cantidad de nitratos es excesivo.
A día de hoy, combino la extracción del lodo inerte, la neutralización de la acidez, la colecta de alevines en los acuarios de cría y el cambio de agua cada 2 ó 3 meses.
A los fervientes defensores de los acuarios ultra limpios puedo decirles según mi experiencia personal, que la polución del agua que no se ve es la más peligrosa, por ejemplo, la falta de oxígeno. Mirando los hábitat en la Naturaleza, constato que los biotopos que visualmente no están limpios dan lugar a los más bellos killis.
 

Apéndice

Notas añadidas tras la entrevista con el autor el 3 de octubre de 2009 en el transcurso del 36º congreso del KCF en Cognac.

Buscando la máxima simplificación en la construcción de los filtros, su sustituye el compartimiento del filtro por medio tubo suspendido sobre el acuario. Para un acuario de 30 cm de longitud, por 15 de ancho por 20 de alto, el tubo empleado para el filtro tiene un diámetro de 10 cm.
Se practican cuantos orificios donde se desee en su base para permitir la evacuación del agua al acuario y se tapan los laterales con tela mosquitera.
 
 
Filtro biológico - Montaje

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