Una de las tareas que más debe repetir un acuariófilo es cambiar el agua de sus acuarios.
Renovar el medio vital de nuestros inquilinos implica tener agua de reposición que debe haber sido tratada previamente de, al menos, dos maneras:
- Elevando su temperatura hasta que sea lo más parecida posible a la del agua del acuario para evitar bajadas bruscas.
- Eliminando el cloro que contiene el agua del grifo.