Una de las tareas que más debe repetir un acuariófilo es cambiar el agua de sus acuarios.
Renovar el medio vital de nuestros inquilinos implica tener agua de reposición que debe haber sido tratada previamente de, al menos, dos maneras:
- Elevando su temperatura hasta que sea lo más parecida posible a la del agua del acuario para evitar bajadas bruscas.
- Eliminando el cloro que contiene el agua del grifo.
Hay varias maneras de eliminar o, en su defecto, reducir el cloro en el agua:
- Dejándola reposar ya que el cloro es muy volátil. Se puede ayudar agitando el agua, por ejemplo, inyectando aire con un compresor o mediante un bomba. Este proceso requiere tiempo: cuantas más horas mejor.
- Empleando un anticloro. Los hay comerciales, las principales marcas disponen de una granb variedad de estas soluciones, o los podemos preparar nosotros mismos.
Y de eso va este artículo que acaba enseguida por lo sencilla que es la solución:
- Sólo será necesario un producto químico, el Hiposulfito sodico, también llamado Tiosulfito sodico.
- Mezcla a razón de 1 gramo de tiosulfito con 1 mililitro de agua para preparar la solución base. Cada mililitro de solución puede declorar 10 litros de agua en minutos.
Y listo.