Tras 8 horas de viaje llegamos a París donde pasamos la noche al lado del aeropuerto Charles de Gaulle. Por la tarde del día siguiente, viernes, llegamos a Zoo-Zajac. La tienda, a pesar de ir avisado, superó todas mis expectativas y si no, mirad las fotos de abajo: en el cartel pone los metros cuadrados que tiene la tienda, detalle de un acuario (algo más alto que Eneko) y luego una panorámica de la zona de marino, es impresionante.

Ni que decir tiene que el tamaño del lugar y la variedad de.... todo que lo hay, es increíble. Fijaos en el pasillo repleto de acuarios a tres niveles y un detalle de los muchos animales que se podían comprar en la tienda.

Tras la larga conducción, el viernes nos retiramos pronto, que había que recuperar energías para el día siguiente. El sábado por la mañana la actividad escogida fue la visita a unos invernaderos donde las plantas estaban baratísimas, y, como no, a una tienda de cervezas, que si volvemos a casa sin cervezas, nos linchan.

Después, nos encaminamos a nuestra nueva parada, la feria de Hamm, un lugar donde se reúnen todas aquellas personas que tienen algo que ofrecer o buscar en el mundo de los reptiles, los batracios y los artrópodos, es, sin lugar a dudas, la más importante de Europa en su especialidad: fijaos en las interminables colas que había que hacer para poder acceder al recinto.

Por fin entramos... menuda pasada, era una marea de gente todo el rato en movimiento, comprando de todo: desde arañas hasta serpientes venenosas.