Una de las muchas ventajas de ser miembro de una asociación de amigos como Guppy 2000 es que cuando alguien necesita ayuda basta con poner la fecha, invitar amablemente a la familia a tomarse unas horas de asueto en algún lugar lejano y llenar el frigorífico de refrigerios varios.

 

Carlos tenía que cambiar el tanque de marino por otro más grande: la tarea es ardua y si se ha de hacer sin ayuda apetece poco. Se monta el comando y en pocas horas habíamos desplazado el mueble, trasladado todo al baño (espero que Bea, la mujer de Carlos, no vea estas fotos), vaciado el tanque antiguo, puesto el nuevo... y así hasta que dejamos aquello como los chorros del oro.